El movimiento

Conectados
con la Tierra

Las personas estamos conectadas con la Tierra y con todo el proceso de vida que engloba.

Por más de 200.000 años hemos vivido en la naturaleza y todo nuestro ser está imbuido de esa experiencia. Somos quienes somos hoy como sociedad gracias a ese vínculo directo.

Cuando tienes la oportunidad de disfrutar en primera línea de ella, una verdad innegable se muestra ante ti, su impulso vital por seguir siempre adelante, su abundante riqueza y capacidad creadora y la profunda interconexión que existe entre todos sus procesos.

     El Sol, la lluvia, el viento, la tierra, los mares y océanos, los bosques, los desiertos, los seres vivos y, entre estos, también nosotros, las personas, … Todo está entrelazado. Hasta el punto de que la acción de cualquiera de ellos genera una onda expansiva en todo lo demás. Y el ecosistema de nuestra sociedad es también un reflejo del propio ecosistema natural. Naturaleza y sociedad van imbricadas en su evolución continua.

       Sin embargo, este vínculo se ha diluido y para muchas personas aparece como inexistente. 

      Es el mundo rural el que actualmente constituye un importante punto de equilibrio entre un modo de vida más natural y el actual modelo social de vida urbana industrial que se ha impuesto. Es en los Pueblos y en el campo donde aún perviven importantes vestigios de esa profunda conexión que siempre ha existido entre los grupos humanos y la naturaleza. Y ese es el sentir de este movimiento: mostrar a esas personas que viven conectadas con la tierra y aún maman de su sabiduría y fuerza vital, o dan un paso adelante para vivir más en conexión con ella, respetándola y defendiéndola. . 

      Por eso, en este movimiento de personas “Conectadas con la Tierra”, vamos a ir contando las bondades y aportes que hace el campo a la sociedad; conoceremos a profesionales bio-artesanos de la Tierra, esos que que son la garantía viva de la vida en la ciudad; porque, sin campesinos que sostengan el trabajo del campo con dignidad, no se podría alimentar ninguna urbe. Y por supuesto, iremos descubriendo también a esas personas que han sentido el llamado de la Naturaleza y han decidido reiniciar una nueva vida en el mundo rural, y como se han adaptado e integrado tras dejar la ciudad e irse a vivir o/y trabajar a un Pueblo. Algo que hay que apoyar y promover desde posiciones reales e integrales como modo de revitalizar la vida rural y reconocerle su importancia y dignidad. Porque, aunque la ciudad nos confunda y nos perdamos en medio de su artificialidad, somos seres vivos que necesitamos a la naturaleza y esto es una realidad que necesita ser reconocida y puesta en valor. Y qué mejor que hacerlo desde el corazón de los Pueblos. 

EnglishSpanish